Título: Tercer poemario Pena de ausencia
Autor: Tomás Guillén
Género: Poesía
Editorial: Diego Marin de Murcia
Fecha de lanzamiento: 2013
Idioma: Español
Número de páginas: 66 páginas.

El libro se divide en las siguientes secciones:
Agradecimientos
Dedicatoria
Prólogo de Consuelo Lozano
a) El autor y su semblanza
b) La obra y el autor
Un pensamiento

Elegia a Rosamari

Y un total de 45 poemas.

El autor da comienzo con Elegía a Rosamari, dedicada a su esposa fallecida. Donde sin duda impera lo que será el tema central de su obra. Convirtiéndola en lo que además de un sentido homenaje hacia ella y su recuerdo, también un afán de superación tras el gran dolor por su perdida. En ningún momento se despide, simplemente es un hasta luego porque en su agonía tiene la esperanza de volver a encontrarse con su amada.

31 Poema final
En el latir, sin fuerza de mi vida
he enterrado las espinas de la rosa
guardando sus pétalos y su aroma.
Seguiré sin ti este camino, con las alforjas
llenas de dolor y de recuerdos
hasta alcanzar la promesa de tu meta.

Mediante sus poemas nos transmite con desgarro la cruel e inesperada etapa a la que se ve sometido a vivir. Primero le abate la desesperación, el vacío, la soledad... Aunque como un buen soldado tendrá que enfrentarse a su inmensa pena teniendo como armas a sus hijos, sus recuerdos y la poesía.

33 Hablando de ti

Tus recuerdos son el oasis en el desierto de mis días

Este poeta murciano demuestra su experiecia en este arte al ser su tercer poemario. En 2008 publico su primer libro Fruto de los tiempos, en 2010 La luna en tu mirada y en 2014 Con la voz en las manos. Siendo un habitual de recitales de poesía. Domina tanto el verso libre, como la métrica. Utilizando metáforas de temática tan amplia como marinas, bucólicas, florales e incluso militares. Indudablemente tiene un gran dominio del vocabulario con el que juega a su antojo. Consiguiendo transmutar toda la vorágine de sentimientos a los que se vio sometido en bellos poemas que comparte con todos nosotros.

18 Verso libre, que no suelto
A macear el tambor llaman melodía
quienes una vez tocaron el alabón  de la puerta
del palacio de la poesía.